Hoy quiero compartir contigo un cuento que me hizo cambiar de perspectiva…quizá a ti también te ocurra… o quizá no… ahí está la magia…
«Es el cuento de un buscador que un día sintió la necesidad de visitar la ciudad de Kammir, no sabía de dónde surgía la necesidad de ir… ahí está la magia… Pero antes de llegar al pueblo divisó una verde colina con árboles, pájaros y flores y decidió subir y contemplar qué había allí. Para su sorpresa se encontró con lápidas con inscripciones como ésta: Abdul Tareg, vivió 8 años, 6 meses, 2 semanas. El buscador se sobrecogió ¡todos eran niños!, ¡ninguno sobrepasaba los 11 años de edad! y comenzó a llorar de pena, el cuidador del cementerio al verle llorar le preguntó qué le ocurría a lo que el buscador le preguntó qué terrible maldición había en el pueblo para que murieran todos los niños.
El cuidador sonrió y le explicó: “cuando un joven cumple quince años, sus padres le regalan una libreta para que a partir de ese momento, cada vez que disfrute intensamente de algo lo anote en ella: A la izquierda, qué fue lo disfrutado… A la derecha, cuánto tiempo duró el gozo… Conoció a su novia y se enamoró de ella. ¿Cuánto tiempo duró esa pasión enorme y el placer de conocerla?, ¿una semana?, ¿dos?, y después, la emoción del primer beso, el placer maravilloso del primer beso… ¿cuánto duró?. Cuando alguien se muere, es nuestra costumbre abrir su libreta y sumar el tiempo de lo disfrutado para escribirlo sobre su tumba. Porque ese es para nosotros el único y verdadero tiempo vivido».
Y yo me pregunto ¿cuánto tiempo has vivido tú?.